COMUNICACION PARA EL DESARROLLO.

El mundo actual es vertiginoso, debido a la constante reconfiguración de las relaciones sociales por el cambio de vida que atraviesan los pueblos en múltiples ámbitos, que van desde el doméstico, pasando por el laboral y académico, político y económico hasta llegar al ocio, el disfrute y el consumo de las manifestaciones culturales. En otras palabras, si de algo está seguro el ser humano es que vive en un entramado que se teje y deshace por la velocidad con que se innovan los modos de vida, ciencias y tecnologías; sobre todo en la comunicación. En este sentido, las maneras que utilizan los sujetos para intercambiar sus universos se alteran y renuevan en ciclos extremadamente cortos. Por otra parte, también es indiscutible que desde los instrumentos mediáticos e informáticos, la población visualiza de manera inmediata lo que sucede. ¿O acaso no es real que estamos en todos los lugares y en ninguno a la vez, gracias a la Internet, la televisión, los periódicos y las radios? No obstante, esta visión encierra tintes instrumentales y utilitarios, como ya se explicará.

Esta situación explica el porqué cuando se habla de la comunicación, el imaginario colectivo alude necesariamente a dos grandes vías: las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y los medios masivos de comunicación. Como se puede ver, entonces, hay una primera entrada que asocia al mundo actual y su vértigo con la comunicación y sus derivaciones. Es decir, sobresale y se superpone en la era contemporánea una visión instrumental de la comunicación al reducirla a medios, herramientas, dispositivos y canales, más que a toda la riqueza que supone la producción social, desde las prácticas socioculturales.
No obstante, cuando se habla de “la comunicación para el desarrollo”, se hace alusión a la importancia de ésta en la construcción (antes, durante y después) del desarrollo, desde una orientación integral, que encubre, abarca, encierra y comprende el universo simbólico manifestado en las expresiones culturales a las que los actores recurren para propiciar, mantener y mejorar el diálogo. “La comunicación para el desarrollo” es un aprendizaje que no termina en el conocimiento de otras culturas, pues para auspiciar la construcción de propuestas de cualquier índole hay que adentrarse en el juego social de la enseñanza-aprendizaje, asimismo es un patrimonio universal que pone al descubierto la riqueza de los pueblos, así como los bagajes en distintas ciencias.